La campaña olivarera próxima puede verse interrumpida por falta de opciones en el tratamiento de alpeorujos.

ALMAZARAS FEDERADAS DE ESPAÑA insta a la Consejería de Agricultura a que adopte las medidas propuestas por esta organización hace más de un año.

Córdoba.- 26/05/2020

Según todas las expectativas, la campaña de olivar 2020/21, se presenta con grandes incertidumbres y no todas beneficiosas para el sector. A la imposición de los plazos de pago por parte de AICA, por la que se pretende que el agricultor cobre su aceituna a los 30 días desde la entrega de la mercancía, se le une una modificación de la Ley de la Cadena, que obliga a incluir los costes efectivos de producción de los distintos eslabones de la cadena, sin tener en cuenta otras variables de gran influencia en la formación del precio de mercado, como son el volumen, cada vez mayor y sin limitación, de importaciones de aceite de oliva procedente de otros países o las previsiones de cosechas futuras y los posibles excedentes de producto de la campaña actual.

La próxima campaña puede traer otras limitaciones a la producción de aceite de oliva que afectaría tanto a almazaras como a agricultores y todo ello como consecuencia de la actividad de las extractoras de aceite de orujo. La campaña olivarera 2018/19 se paró excepcionalmente durante unas semanas debido a que las orujeras comunicaron su falta de disponibilidad de capacidad de almacenamiento de alpeorujos. Habían agotado la capacidad de sus balsas de acopio de alpeorujos. Estas circunstancias provocaron el cierre automático de las almazaras, pues el almacenamiento de alpeorujo no es una actividad contemplada en el día a día de una almazara y, por tanto, el cese automático en la actividad de recolección del fruto. La aceituna permaneció en el campo, durante el periodo de interrupción de la campaña, con las nefastas consecuencias que esta situación supuso tanto para la calidad del aceite producido, como para el empleo y los costes de recolección de los agricultores.

A fecha de hoy, desconocemos si desde el sector orujero se han promovido proyectos que incrementen la capacidad productiva diaria de las orujeras, pero lo que está claro es que debemos de poner todos los medios para que esta lamentable situación no vuelva a repetirse. Para ello, el sector transformador debe disponer de otras opciones para que, en caso de un desbordamiento de las entradas de alpeorujo a las orujeras, las almazaras puedan recurrir a otras alternativas.

Desde AFE, como posible solución en el corto/ medio plazo a la gestión del alpeorujo, se está promoviendo la instalación de plantas de compostaje en zonas estratégicas desde el punto de vista logístico, con el objetivo de recepcionar y valorizar el subproducto de las almazaras  más cercanas al emplazamiento de la instalación, en el caso de que se vuelva a producir un colapso en la industria extractora. Esta alternativa permitiría continuar con el funcionamiento de las almazaras y, por tanto, con la recolección de la aceituna.

Otro uso alternativo del alpeorujo sería su aplicación directa como enmienda orgánica. Desde AFE, se ha instado a la Consejería de Agricultura, en numerosas ocasiones, a que autorice el esparcimiento directo de alpeorujo al terreno como aporte de materia orgánica en una cantidad limitada. Esta práctica se lleva haciendo en otras Comunidades Autónomas desde hace varios años, por lo que no entendemos la indolencia demostrada hasta la fecha por la Administración competente ante esta solicitud, cuando existe suficiente experiencia e información técnica que avalan sus buenos resultados. Esta práctica sería altamente recomendada para pequeñas almazaras y para almazaras agrícolas que, de esta forma, podrían aplicar las ventajas de la economía circular y el respeto al medio ambiente: lo que sale del campo, vuelve al campo.

 Finalmente, y como medida a medio/ largo plazo, AFE está promoviendo proyectos de I+D que profundicen en otras alternativas de gestión del subproducto y que redunden positivamente en un incremento del valor añadido del mismo.